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Adelaida Ristori

Adelaida Ristori (1822 – 1906) vino a Chile en la cúspide de su fama, como una de las mejores actrices italianas de todos los tiempos. Tal era su prestigio que el propio intendente Benjamín Vicuña Mackenna fue a buscarla para pasearla de su brazo por los salones santiaguinos durante su estadía en el país en 1874, joya de la reinaguración del nuevo Teatro Municipal de Santiago, incendiado en 1870. Luego de varias primeras jornadas hubo una gran noche de gala con su participación y luego de su éxito desde el palco presidencial, el mismo que hoy se puede ver, Federico Errázuriz le preguntó a la dama qué deseaba, puesto que el gobierno estaba dispuesto a darle lo que ella pidiese en premio a su talento artístico. En aquel entonces los periódicos solo hablaban de un reo de apellido Muñoz que iba a ser condenado a muerte al día siguiente, autor de un crimen pasional. La Ristori respondió inmediatamente, que su único deseo era que fuera indultado aquel reo y no se le condenara a muerte. El prisionero, naturalmente, fue indultado con comentarios en todos los periódicos. Luego de aquel gesto, la Ristori se fue a casa como una reina y cuando el rey de Italia, años más tarde, le preguntó cuál había sido el momento más feliz de su vida, le respondió que fue haber salvado la vida de un hombre en este lejano país del sur.