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Sergiu Celibidache

El gran director rumano Sergiu Celibidache (1912 – 1996) visitó Chile en dos ocasiones, primero dirigiendo la Orquesta Sinfónica de Chile en 1952 y 1953 y luego como invitado del Teatro Municipal de Santiago junto a su Orquesta Filarmónica de München, Alemania, en 1992. Considerado primero el legítimo sucesor de Wilhelm Furtwängler en la Filarmónica de Berlín (orquesta de la que fue director titular durante los años de la desnazificación), llegó a dirigir música contemporánea y clásicos de todos los tiempos con la orquesta chilena. Incluso, durante su segunda visita, estrenó el concierto para violín del compositor chileno Gustavo Becerra, demostrando su dedicación por el repertorio moderno.

Su segunda visita fue realizada al final de una larga carrera llena de frustraciones. Poco después de su visita en 1953 fue elegido Herbert von Karajan como sucesor de Furtwängler en Berlín y Celibidache se limitó a un desarrollo en orquestas de provincia alemanas. Su trabajo en Munich, sin embargo, lo llevó de nuevo al estrellato y la admiración mundial hacia fines de la década de 1980, especialmente por sus interpretaciones de Bruckner. Visitó Chile con un programa doble de gran interés, como son la Sinfonía Nº30 de Mozart y la Nº5 de Beethoven, ambas favoritas del público, que reconoció el particular sello de este genio de la batuta.