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Foyer de la administración

Es, sin lugar a dudas, la más utilizada de todas las entradas del Municipal de Santiago. Por aquí entran los trabajadores cada día, junto con todo el personal administrativo. También es la entrada de artistas y aquella que permite el acceso principal al edificio, exceptuando el público.
Originalmente pensado para estar comunicado con todo el resto de los accesos, fue transformado paulatinamente en un espacio sobrio de trabajo, desde donde se llega a camarines, la oficina del administrador del Teatro y los talleres.
Por su sobriedad, en contraste con «La Capilla» del lado opuesto, el público llamaba esta entrada «el patio del pellejo», pese a sus hermosos vitrales en el techo. En 1959 se decoró nuevamente, cambiando el piso y adornando un poco más el lugar, con algunos sillones. Así permaneció hasta que diversas reformas transformaron toda su parte superior, dividiendo la administración en nuevas y modernas oficinas. El área de camarines, con su propio hall de recepción, se ha mantenido casi intacta desde entonces.
En la siguiente fotografía puede contemplarse como hoy los antiguos espejos, pajes con lámparas y vitrales mantienen en el Municipal una tradición centenaria de decoración y estilo:
Por otra parte, se comunicó en aquellas reformas esta entrada con entradas para las partes superiores de la Sala, para así evitar las largas colas que se producían en la entrada principal del Teatro por calle Agustinas. Como todo este edificio, así, esta entrada también tiene una historia propia que contar, con sus diversos niveles, el enladrillado original que posee y los hermosos marmolados que reciben al público entre las funciones.