Nuestro Teatro

La historia del Municipal de Santiago


El Municipal de Santiago

Declarado Monumento Nacional en 1974, el  Municipal de Santiago es el centro cultural más antiguo del país y escenario fundamental de obras de todo el mundo, con temporadas estables de ópera, ballet y conciertos sinfónicos.

HISTORIA

El Teatro Municipal de Santiago, hoy Municipal de Santiago, fue inaugurado el 17 de septiembre de 1857, con la ópera Ernani, de Giuseppe Verdi. En 1848, el Estado, por medio de una ley, cedió el terreno de la ex Universidad de San Felipe a la Municipalidad de Santiago. En 1853 se inicia en ese terreno la construcción del Teatro Municipal de Santiago. El diseño del edificio estuvo a cargo del arquitecto Francisco Brunet des Baines, inspirado en el estilo neoclásico francés.  Lamentablemente, Brunet de Baines falleció mientras se realizaban las terminaciones, encargándose el trabajo a Lucien Henault y Manuel Aldunate. La ingeniería fue realizada por Augusto Charme.

El hermoso edificio tenía una capacidad aproximada de 2230 localidades, y estaba decorado con los mejores elementos chilenos y del extranjero, particularmente de París.  El Municipal se convirtió en una de las principales construcciones de Santiago, y el primer gran centro cultural de la ciudad. Debido al enorme costo, la Municipalidad decidió arrendar el Teatro a empresas encargadas de contratar a los artistas. El arriendo incluía un café, habitaciones, talleres, almacenes y una dotación de vestuario preparado para diversas ocasiones. En su imponente Sala Principal se realizaron en Chile las primeras temporadas estables de ópera, con innumerables estrenos y algunos de los primeros conciertos sinfónicos. El ballet y el romanticismo cobraron la fuerza que durante el siglo XIX los ubicaría en un lugar central para la cultura del país.

El 8 de diciembre de 1870, apenas trece años después de su inauguración, el Municipal de Santiago fue destruido casi completamente por un voraz incendio que se declaró luego de una presentación de la célebre soprano Carlota Patti. Las obras de reconstrucción estuvieron a cargo del arquitecto Lucien Hénault, quien conociendo el proyecto original mantuvo en líneas generales el estilo neoclásico de Brunet des Baines. Durante el siniestro perdió la vida el voluntario de la Sexta Compañía de Bomberos de Santiago, Germán Tenderini y Vacca, quien se convirtió en el primer mártir de la citada institución. Su nombre está perpetuado en la calle que limita con el Municipal por el costado oriente, lugar donde se alza un busto recordatorio del ilustre mártir.

En tres años, y con el apoyo de Benjamín Vicuña Mackenna como intendente de Santiago, se reconstruyó con aún mayor magnificencia. Este edificio, aunque ha sufrido variados cambios, es aquel que permanece hasta  hoy en calle Agustinas. Con aún mayor prestancia, el Teatro Municipal fue reinaugurado el 16 de julio de 1873, funcionando continuamente hasta nuestros días. Una gran compañía lírica italiana presentó la ópera “La Fuerza del Destino”, de Giuseppe Verdi. Desde entonces, diversos empresarios como la familia Padovani o Renato Salvati estuvieron encargados de traer a Chile los grandes artistas de su época. Tanto era el éxito, que en 1897 se ofrecían abonos para escuchar la ópera desde la casa, ¡por medio del teléfono!.

Un nuevo desastre lo afectó en 1906: un terremoto destruyó el foyer y la sala principal. El arquitecto Emilio Doyere, francés residente en Santiago, fue el encargado de las reparaciones. Mantuvo el aspecto de la sala principal, pero se modificó el foyer. El edificio era principalmente de adobe, lo que fue reemplazado en buena parte por ladrillos cimentados en piedra y envigados de madera (hacia 1927 se instalaron fierros y bovedillas). El acceso al palco presidencial se transformó en un espacio que aún hoy, por su estilo y carácter, se denomina Sala La Capilla.

El Teatro mejoró en elegancia y señorío y destacaba la gran escala imperial que ocupaba el ingreso principal del edificio, en mármol blanco. Era un espacio pensado socialmente, para deslumbrar y alumbrar aquellos que ingresaban al templo del arte. También se realizaron los pilares del frontis y las cariátides de la sala principal. En él las fiestas sociales estaban a la orden del día. El Centenario de la Nación, de hecho, reveló su prestancia y lujo desinhibido, y permitió que en la siguiente década lo visitaran importantes artistas, en particular Pietro Mascagni y Anna Pawlova.

Otro incendio, el 27 de mayo de 1924, provocó graves daños en el escenario y destruyó por completo el antiguo telón. El recordado administrador Jorge Balmaceda Pérez estuvo a cargo de las grandes transformaciones que se hicieron entonces. Se decidió reutilizar un dinero que había para ampliar el Teatro, reparar el escenario y modificar el foyer principal para ampliar la entrada en favor de una estética modernista. Se rebajó el mismo, retirando la escalera, a un solo nivel, y el segundo piso del mismo, como se puede apreciar en las fotografías, se conservó como Salón Filarmónico, actual Sala Arrau, manteniendo su estética y galería de bustos. En esta fecha fue que el edificio se unió a aquellos del costado sur, entonces ocupados por la Primera Compañía de Bomberos y la Sociedad de Fomento Fabril, y se terminó el foyer de la administración en su estética actual.

Para la elaboración de mejores y más reales escenografías se incorporaron innovadoras maquinarias, importadas de Alemania, con nuevos sistemas de iluminación que podían, por primera vez, graduarse lentamente. También se realizó un nuevo telón, que duró hasta fines del siglo XX.

Hacia 1947 comenzaron una serie de reformas en vista del Centenario de 1957. Las mismas afectaron principalmente la estructura del edificio, pero no la sala principal, que sólo se comenzó a trabajar en 1958. Unos años después se había restaurado por completo y se reinstaló la antigua lámpara de lágrimas, que con sus dos metros de amplitud y más de cien luces ilumina la sala principal y los hermosos frescos de la cúpula.

Nuevos daños se produjeron al inmueble tras el terremoto del 27 de febrero del año 2010. En consecuencia de la catástrofe, el edificio de la escuela de ballet y el Teatro quedaron parcialmente destruidos, debiendo trasladar sus temporadas al Teatro de Carabineros. Afortunadamente la reconstrucción permitió que Teatro quedase habilitado a tiempo para su reapertura el 4 de agosto de ese mismo año.

Durante el año 2013, un nuevo siniestro afectó al Municipal de Santiago. Durante la jornada del 18 de noviembre, un incendio comenzó a desarrollarse en el área de las bodegas de vestuario del segundo piso, en el sector sur del Teatro. Finalmente las llamas se propagaron hacia el tercer piso, destruyendo las salas de ensayo del Ballet de Santiago, oficinas administrativas del Ballet, camarines, techo y las bodegas ya mencionas. Quince compañías de bomberos acudieron al sitio del siniestro y después de aproximadamente cuatro horas de arduo trabajo, lograron controlar y apagar el incendio.

Tras este lamentablemente hecho el Teatro debió resguardar la seguridad de sus trabajadores y reprogramar sus funciones.

A pesar de los diversos hechos que han afectado a este inmueble patrimonial, éste nunca ha dejado de ser el mayor referente para la cultura a nivel nacional. Con la creación de la Corporación Cultural de la Ilustre Municipalidad de Santiago y una administración permanente a cargo del Municipal, se han visto grandes cambios y una nueva estabilidad en las temporadas artísticas. Esto ha transformado en los últimos veinticinco años al Municipal de un teatro local a un centro cultural para todo Chile, con proyecciones de diverso orden y amplia actividad dentro y fuera de su escenario, incluyendo un gran nivel de reconocimiento internacional.

El Municipal HOY

El Municipal de Santiago cuenta con tres cuerpos estables, Orquesta Filarmónica de Santiago, Ballet de Santiago y Coro del Municipal de Santiago, y con talleres de pintura, vestuario, ambientación, iluminación y sonido, entre otros. Además, mantiene el programa Crecer Cantando y la Escuela de Ballet. En los últimos treinta años ha sido objeto de reformas y adecuaciones para ponerlo al día con los adelantos de la técnica teatral moderna, reacondicionando algunas de sus dependencias para proporcionar tanto a los artistas como a los técnicos un medio eficaz que dará expresión lograda y emocionante al milagro del arte, en cualquiera de sus facetas.

En el segundo piso se ubican numerosos talleres de escultura, pintura y utilería, donde se “arman” las óperas y ballet. Además, en calle Herrera se encuentran los talleres de Realización Escenográfica, donde se realizan las tareas más grandes y pesadas de esta fabricación. Muchos de los procesos son artesanales y responden a una larga tradición que siempre ha acompañado al Municipal. Las producciones gozan de gran prestigio y varias de ellas son vendidas a teatros de América Latina, Europa y Estados Unidos.

Artistas

Por su escenario han desfilado algunos de los más grandes artistas de todos los tiempos. Entre ellos: Ballet: Aurelie Dimier, Anna Pavlova, Alicia Alonso, Margot Fonteyn, Rudolf Nureyev, Fernando Bujones, Mikhail Baryshnikov, Carlos Acosta, Julie Kent, Julio Bocca, Marcia Haydée, Nina Ananiashvilli, Natalia Makarova, Vivian Durante, Irek Mukhamedov, Sara Nieto. Danza Contemporánea: American Ballet Theatre, Kurt Jooss, Trisha Brown, Hubbard Street Dance, Pilobolus. Pianistas: Arthur Rubinstein, Alfred Brendel, Wilhelm Backhaus, Walter Gieseking, Daniel Barenboim, Vladimir Ashkenazy, Benjamin Britten, Claudio Arrau. Violinistas: Jan Kubelik, Mischa Elman, Yehudi Menuhin, Isaac Stern, Jascha Heifetz, Gil Shaham, Uto Ughi, Salvatore Accardo. Otros intérpretes: Paco de Lucía, Narciso Yepes, Mitslav Rostropovich. Actores: Adelaida Ristori, Sarah Bernhardt, Lucien Guitry, María Guerrero, Luis Jouvet, Margarita Xirgú, Jean-Louis Barrault, Vivien Leigh, Marcel Marceau (mimo). Directores: Herbert von Karajan, Jan Latham-Koenig, Alfredo Padovani, Sergiu Celibidache, Zubin Metha, Wolfgang Sawallisch, Erich Kleiber, Maxim Shostakovich, Gustavo Dudamel. Cantantes: Ramón Vinay, Claudia Parada, Alfredo Kraus, Fedora Barbieri, Ida Edelvira, Celestina Boninsegna, Carmen Melis, Amelita Galli-Curci, Titta Rufo, Carlo Morelli, Renato Zanelli, Pedro Navia, Feodor Chaliapin, Tito Schipa, Peter Pears, Antonio Paoli, Beniamino Gigli, Lauritz Melchior, Kirsten Flagstad, Victoria de los Ángeles, Renata Scotto, Kiri Te Kanawa, Lucia Valentini-Terrani, Verónica Villarroel, Cristina Gallardo-Domas, Stefania Bonfadelli, Matti Salminen, Leo Nucci, Plácido Domingo, Elizabeth Connell, Luciano Pavarotti, José van Dam, Paata Burchuladze, Hildegard Behrens, Juan Diego Flórez, Agnes Baltsa. –

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